A la distancia, los alrededores del Teatro Metropólitan, en el centro de la Ciudad de México, se observan una serie de luces rojas que revolotean de un lado a otro cual luciérnagas, sin embargo, al aproximarse más a la entrada del teatro se pueden observar que no es lo que se esperaba ¡son narices rojas lo que brilla por doquier!, narices que acompañan a muchos rostros sonrientes en su camino al concierto que esta noche darán los Triciclo Circus Band.
Dentro del teatro, los trajes con lentejuelas, sombreros de diferentes tipos y tamaños ya se encontraban buscando su asiento, las luciérnagas rojas ya se habían escabullido en el teatro y se encontraban revoloteando por todo el lugar cuando se escuchó la «Tercera Llamada«.
El telón se abrió para dejar ver un escenario adornado con banderines multicolores, mientras un «¡Buenas noches Metropólitan!» rompió con el silencio del lugar, provocando una gran gritería entre el público de un ya abarrotado teatro.
La función inició con «Te Llevaré«, con unos «Triciclos» engalanados como es su costumbre con trajes llenos de colores y rostros maquillados, dignos atuendos de un circo de tres pistas. Las narices rojas en las butacas expectantes, brincaron a los pasillos con las primeras notas de «Yo Soñé» creando un gran baile por todo el teatro.

Pero al entonar «Cada Vez«, todo el teatro se levantó de sus asientos a bailar. La fiesta se había extendido del escenario a las butacas, el baile y los colores se dejaban ver por doquier. A la pregunta de «¿se la saben?», el público cantó el coro a todo pulmón.
En «Ojos» las manos de todos los asistentes se movieron de un lado al otro al ritmo de los «Triciclos» creando una bonita coreografía, sin duda, todos los asistentes estaban conectados con los “Triciclos” en cuerpo y alma.
Una de las sorpresas de la noche fue el estreno del tema inédito “Chulita”, el inesperado tema puso a todos moverse de un lado a otro en sus asientos cándidamente, un hermoso trance inducido por lo que en el escenario ocurría en ese momento.
El rumor que los «Triciclos» harían una pausa estuvo en boca de todos sus seguidores durante los últimos días, el cual fue despejado por los mismos miembros de la banda al comentar a todos los ahí presentes que «…seguirían pedaleando por mucho tiempo».
Para el siguiente tema los músicos y el público ensayaron por unos momentos, el momento y la canción lo ameritaba. Pedro “Krustovsky” Rodríguez pidió a la audiencia que después que el dijera «el amor», el público respondiera con la misma frase. Así arrancó el tema «El amor» para deleite de todos, un hermoso vals que volvió a levantar las manos de todos y moverlas de un lado a otro.

Continuó la movida «Excusez Moi» que hizo a todos bailar en sus lugares. El público acompañó a los “Triciclos” con sus palmas y las narices rojas de nuevo saltaron a los pasillos cuando Alex Preisser bajó del escenario y se paseó por las butacas mientras interpretaba tan esperado tema.
Una gritería se dejó escuchar con las primeras notas de «Matrioshka» para continuar con el baile, las palmad al ritmo de la música y la fiesta que estos excelentes músicos crean con sus melodías.
El Teatro Metropólitan tuvo un momento de tranquilidad para el tema «Influenza«, los «Triciclos» invitaron a sus seguidores a abrazar a sus compañeros de asiento para iniciar con un baile colectivo que poco a poco fue creciendo al ritmo de la música y terminó en un baile generalizado, las luciérnagas rojas alborotadas se movían de un lado al otro del graderío.
A manera de popurrí siguieron los temas «No Volverás«, «Quiero Acercarme» y «Mundo de Sofía«, en donde los «Triciclos» arrancaron una gran ovación del respetable al pasearse en fila india por los pasillos del Teatro Metropólitan, ya de regreso en el escenario “Krustovsky” animaba a la gente a saltar en su lugar e incluso les pidió en tono de broma bajar a «pecho tierra» provocando las risas de muchos que seguían gustosos las instrucciones del maestro de ceremonias. En un momento de calma se oscureció el escenario para iluminar a “Krustovsky” y Alex, que cual acto de magia, transportaron a todos los asistentes a una cálida playa al ritmo del «Mundo de Sofía».
Con los primeros acordes de «Amanece» el Metropólitan nuevamente estalló en gritos, a la voz de «¿se la saben Metropólitan?» el público se unió a los «Triciclos» para cantar, junto a una intérprete de lengua de señas» esta hermosa canción, haciendo este gran concierto en un evento inclusivo, pensado para que todos lo puedan disfrutar por igual.


La fiesta continuo al ritmo del «Balkan» que puso a todos a bailar, solos de saxofón y violón a cargo de César y Pancho respectivamente engalanaron el momento. Los asistentes, mientras tanto, bailaban en su lugar con suaves movimientos orientales.
Alex invitó a dos chicas del público a ser partícipes del acto circense más peligroso jamás visto en el mundo, el cual se llevaría a cabo en ese momento ante los ojos de los seguidores de «Triciclo Circus Band«, mismo que sería ejecutado por el valeroso e intrépido “Krustovsky”. El acto consistía en realizar 6 saltos mortales sobre las invitadas, que se encontraban con las manos y rodillas apoyadas en el suelo, recoger su sombrero que estaba sobre una de ellas y caer sano y salvo del otro lado. El momento fue tenso, todos mirando a “Krustovsky” prepararse física y mentalmente, y no era para menos, con el más mínimo fallo el acto podría salir mal con consecuencias fatales y terminar con la gran fiesta que se estaba viviendo en el lugar.
“Krustovsky” pidió cuantiosas «bendiciones» de cualquiera que cruzara la mirada con él. Finalmente el momento había llegado, “Krustovsky” tomó vuelo, corrió hacía las invitadas y en un parpadeo ya se encontraba del otro lado con su sombrero puesto y una gran sonrisa de felicidad. ¡El acto había sido un éxito!, todos aplaudían, las invitadas aliviadas se ponían en pie, los «Triciclos» se volteaban a ver alegres que todo había salido bien, sonreían liberando la tensión contenida, ¡la gran fiesta podría continuar!
Realmente nadie vio nada, pero la velocidad con la que “Krustovsky” realizó el acto fue tal, que el simple ojo humano fue incapaz de percibirlo. La sonrisa de “Krustovsky”, el sombrero en su cabeza y la algarabía de los «Triciclos» no ponían en duda el acto. ¡Todos los ahí presentes acababan de ser testigos del mayor acto circense del mundo! o eso contarán en algún momento a sus nietos.
De regreso a la música, “Krustovsky” y Alex dieron la pauta para el tema «Alguna Vez«, pidiendo al público que acompañaran a los «Triciclos» con las luces de sus celulares y por supuesto, los cientos de luciérnagas rojas se unieron al mágico momento.

Siguió «El Colibrí«, tema dedicado a la gente que falleció en la pandemia. Hubo una nueva sorpresa para el público con la aparición de Eli De Llaca para interpretar, junto con los «Triciclos» el tema «La Noche«, en estos temas nuevamente subieron al escenario intérpretes de lengua de señas, los «Triciclos» han creado estas hermosas canciones para que todos puedan oírlas, verlas, entenderlas y sentirlas, y buscan todos los medios posibles para que así sea.
«¿Ya se cansaron?», la respuesta fue un rotundo «¡no!» de parte del público. Dos muñecos con las figuras de “Krustovsky” y Alex volaron al escenario, un pequeño presente por tantos años brindando alegría y buenos momentos a su público.
Una nueva sorpresa apareció en el escenario, «Los Estrambóticos» se hicieron presentes, en medio de una gran gritería, para interpretar junto a los «Triciclos» el sencillo «Que Yo No«. El público fascinado, no permitía que la canción terminara, querían seguir cantando. Finalmente el coro del Metropólitan terminó cantando el coro a capela bajo la dirección del «Pinocho«, cantante de «Los Estrambos«.
«¿Cómo se la están pasando?», preguntó Erick al público reunido en el lugar, que ovacionó a la banda coreando su nombre a todo pulmón por algunos instantes, reanudando la fiesta con “Y Si Mañana” con el siempre fiel coro del público que más adelante coreo el nombre de “Gladys”, una de los “Triciclos” más queridos por todos. Más en el puente musical cuando Erick intercambiaba cánticos con el público, se percató de una niña que no se encontraba bailando como el resto del público, ¡no era posible continuar el concierto!, ¡alguien no estaba disfrutando de la música!

Zoe, el nombre de la niña por la que todos los “Triciclos” estaban preocupados, fue invitada al escenario para que participara de la fiesta, tomó el micrófono y grito “¡Triciclo!”, el público respondió el llamado “¡Triciclo!”, “¡Circus!”… “¡Circus!”, “¡Band!”… “¡Band!”, reanudando baile con el beneplácito de Zoe que por un momento estuvo ausente en esta gran celebración musical.
Las luces se apagaron, dejando el escenario desierto por unos momentos. El público coreaba el nombre de la banda y se pedían más temas. Los ánimos se encontraban en el más alto clímax, los “Triciclos” no podían irse ya.
La sala se llena de aplausos al ver regresar a la banda, para interpretar uno de los temas de su segundo material discográfico “Cada Vez” del ya lejano 2014. Con las primeras notas de “Falar de Voce” se escucha la emoción de la gente, que es recompensada con un gran solo de saxofón de “Krustovsky”.
Para el siguiente tema, Pancho dejó un momento el violín para cantar “Beautiful Girl” dedicada a su esposa, no sin antes pedir a la audiencia que lo acompañaran con las luces de sus celulares, creando una noche estrellada dentro del mismo teatro, estrellas que acompañaron a Pancho con sus voces durante ese especial momento.
A la pregunta de “¿Quieren un poquito más Rock and Roll, de Rock and Roll Triciclero?” iniciaron las notas de “La Habitación”, el baile reanudó. Alex animaba a la gente a acompañarlos cantando el coro, el teatro entero era uno con la banda. El fin ya estaba cerca y “Cada vez II” sonó en el escenario, nadie estaba sentado, nadie quería dejar de bailar, nadie quería que el concierto llegara a su final.
Para el siguiente tema “Krustovsky” invitó al escenario a su hermano Iván Rodríguez para cantar la infaltable “No Corro, No Grito, No Empujo” de su álbum debut. Los brazos se levantaron en todo lo alto, las piernas no dejaban de brincar, era una fiesta, una fiesta familiar.


Para el acto final, los “Triciclos” invitaron a todos los invitados al escenario. “Los Estrambóticos”, de Eli De Llaca y las intérpretes de lengua de señas, seis en total, estaban junto a los “Triciclo Circus Band” para interpretar la tan esperada “Adiós, Adiós”. Desde el primer momento la fiesta explotó, tanto en el escenario como en las butacas, el público cantaba y bailaba, los “Triciclos” disfrutaban el momento junto a sus invitados y la gente que los ha seguido por 16 años de trayectoria.
En un momento se le pidió al público su total atención a las chicas intérpretes de lengua de señas, ellas mostraron la forma de “cantar” el coro mediante señas del último tema. Todos en el teatro, con una hermosa coreografía, cantaron con sus manos por unos momentos la última canción de la noche.
Con un gran alarido y merecidos aplausos, la gente despidió a los Triciclo Circus Band. Y mientras las butacas se iban quedando vacías, las luciérnagas rojas que unos momentos antes revoloteaban por todo el lugar, se perdieron en la noche esperando volver pronto a bailar con los “Triciclos” una vez más.